Un párrafo de Santos Zunzunegui en la revista Caimán (enero 2014) lo ajusta todo: "No hace falta decir que Buñuel nunca faltó a su palabra, sometiendo al
frecuentador de su obra a la confrontación con esas 'estructuras de
agresión' que no por más que se ubicaran en el interior de filmes de
textura narrativa aparentemente convencional, dejaban de poner en escena
otra situación abiertamente subversiva".
Hace días que tenía algunos temas que se buscaban entre sí. Pertenecían a sesiones diferentes, muy diferentes tanto en la utilización de instrumentos como, incluso, en la manera de ser grabados. Pero estaban ahí, distintos a su camada sonora, insinuando otras asociaciones. Hasta que entendí que eran parte de otra estructura. Creo en la invocación: tenemos derecho a esperar cosas.