domingo, 11 de agosto de 2013

Cuaderno alemán

       La ciencia alemana imbuida (creo que a perpetuidad) por el espíritu positivista, nombra, diagnostica y cataloga con precisión semántica cualquier fenómeno, enfermendad o idea. Y lo hace, normalmente, en una solo palabra, justamente, porque su sintaxis así se lo permite. Hay un gusto por la claridad y por la eficiencia: llegar el primero a ciertos lugares exige imaginación, eliminar supercherías requiere orden y ejemplo. Pero también hay, me imagino, las ganas de epatar, puesto que todo científico es un divo.
       El mundo del arte alemán no podía dejar de banda tales nomenclaturas y está lleno de corrientes pictóricas, estilos y técnicas con sonoridades de orden y acato.
       Primo Gabbiano inicia aquí una serie de discos inspirándose en tales conceptos. Hay, en esta primera entrega (serán tres en total) muchas capas de sonidos, prensados y uniformizados, ofrecidas como un todo homegeneo. Como si cada sonido o loop utilizado funcionara para un orden superior y su trabajo interno (zapa acústica) fuera pieza en una estructura mayor. Hay digámoslo así, un fin.
       Los conceptos elegidos para titular cada canción funcionan, al igual que todos los títulos, como polo de atracción semántica: sirvieron para inspirar su creación, servirán al oyente en su audición privada. Hay en esta primera selección algo espiritual en ellos.